Sistemas de riego de agua no potable, vidrios de eficiencia energética y muebles elaborados con materiales reciclados ganan terreno en espacios comerciales, oficinas y residencias.
POR Carolina Barrantes, Alejandra Soto, Jenny Lozano y Minerva Betancourt.
El uso de materiales de construcción, mobiliario y aparatos tecnológicos que son amigables con el ambiente ha crecido exponencialmente en América Central. Ya sea por petición de los compradores y futuros inquilinos o por la misma iniciativa de las desarrolladoras inmobiliarias, cada vez es más común escuchar noticias de edificios que obtienen certificaciones ecológicas y de proyectos considerados “verdes”.
Expertos coinciden en que esta es una tendencia que crecerá a futuro “sin duda alguna”. Sin embargo, ¿qué se está haciendo específicamente?
Ruta de acción
Costa Rica, Guatemala y Panamá son las naciones que llevan la batuta en la tendencia verde, aunque los otros países también van caminando. Eso se visualiza en la cantidad de proyectos inmobiliarios que buscan obtener certificaciones ecológicas.
En suelo canalero y costarricense se estima hay entre 50 y 60 proyectos in- mobiliarios certificados LEED por el Green Building Council (GGBC), una organización sin ánimo de lucro que promueve la sostenibilidad en el diseño, construcción y funcionamiento de los edificios, y en tierras chapinas la cifra llegaría a los 20 proyectos. Entretanto, El Salvador está un poco atrás, aunque viene trabajando fuerte en el tema; y los más rezagados son Honduras y Nicaragua, donde falta mucho más desarrollo, según afirma José Pablo Labbe, socio de Studio Domus y Domus Works, y fundador de Guatemala Green Building Council (GGBC).
“El mercado sí apela a este tipo de proyectos y la tendencia es que cada vez haya más interés. Donde más se ve este tipo de certificación LEED es en la parte comercial o corporativa, de oficinas, no tanto en la parte residencial. Eso también es una tendencia global”, comenta el experto.
Nuevas mejoras
Vidrios insulados que ayudan a que la carga térmica dentro del edificio disminuya, por lo que el uso del aire acondicionado se reduce y mantiene el confort del lugar.
Aires acondicionados de volumen de aire variable que son energéticamente más eficientes, se adaptan a la necesidad del espacio, su costo de instalación es menor a lo usual y ayudan a reducir la factura energética. Sistemas de control de iluminación con luminarias LED de menor consumo, que fomentan el uso eficiente de la iluminación. Estos pueden llegar a reducir hasta en un 40% la factura eléctrica.
Iluminación full cut off en exteriores diseñados para iluminar solo hacia abajo en espacios específicos, sin provocar el desperdicio de luz. Inodoros que consumen menos volumen de agua por cada activación, orinales secos (no usan agua) y lavatorios de flujo regulado o temporizado.
Sistemas de riego con agua no potable para las zonas verdes. Se trata de agua que ya ha sido usada por el ser humano en lavatorios y fregaderos, por ejemplo, que pasan por un proceso de tratamiento.
Tanques de captación de agua de lluvia, el líquido se emplea también para inodoros. Paneles solares que permiten aprovechar la energía del sol y la convierten en energía utilizable por los seres humanos para calentar agua o producir electricidad.
Muebles ecológicos, como sillas, mesas, escritorios y bancas, elaborados con maderas reforestadas y materiales reciclados, como el plástico. Materiales innovadores, como alfombras cuya huella ecológica es cero y cuentan con certificaciones como Cradle to Cradle.